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Crítica de Interestelar de Christopher Nolan

SINOPSIS OFICIAL: En un distópico futuro a causa del cambio climático y la mano del hombre, la agricultura se ha visto severamente afectada, siendo el maíz el único alimento cultivable y amenazando el futuro de la humanidad. Científicos descubren un agujero de gusano, del cual harán uso un grupo de exploradores, superando las limitaciones de los viajes espaciales humanos y venciendo las grandes distancias que los involucra en un viaje interestelar, con la finalidad de encontrar una solución al problema.


EL AMOR SEGÚN NOLAN.

El título bien podría referirse al elenco, interestelar, que tiene esta película. Con personajes secundarios caracterizados por grandes estrellas que, en algún punto, compiten con la grandilocuencia de las imágenes.

Christopher Nolan demuestra una vez más, ser un director extremadamente racional, proponiendo al amor y las emociones (incluso ciertos dotes morales, como la sinceridad) como aspectos graduables que se pueden medir en porcentajes. El mismo miedo que demostraba tenerle al Guasón, por su apología del caos, se focaliza ahora en los agujeros negros que pululan por el espacio. Esa zona oscura y siniestra que nos lleva a un lugar en donde la lógica se determina desde de otras reglas.


La película podrá pecar de solemne, es verdad, pero no más solemnidad que la necesaria conforme al género, en donde la Ciencia y la Fe son los clásicos antagonistas de siempre. Sí, es verdad que ciertas escenas confían demasiado poco en lo que pueda pasarle a los personajes y prefieren explicar lógicas espacio-temporales de carácter científico como por ejemplo porqué una hora en otro planeta puede significar 25 años en el nuestro, o cómo son posibles las cinco dimensiones si priorizamos a la gravedad por sobre el espacio-tiempo. Pero creo que este contenido en sí mismo, es parte de lo que se espera de la ciencia ficción. Al igual que el propio misterio que imprime o que se inscribe en la lógica de la Fe.


El problema de Interestelar no es la solemnidad con que se manifiesta esta fe, ni la sobreexposición (y sobreexplicación) científica, ni siquiera la frialdad y la abyección perfeccionista de ciertas imágenes, (aspectos todos, repito, solidarios al género). El problema radica en que la típica racionalidad del cine de Nolan, encuentra en Interestelar la excusa perfecta para proponerse como una maquinaria que se puede anteponer, incluso, al aspecto principal no ya del cine sino del arte en sí mismo: lo que le pasa al hombre. No en el sentido narrativo, sino en el sentido emocional de la palabra. Esto no significa que en Interestelar no sepamos lo que sienten los personajes. Somos informados y conscientes en todo momento de ello, pero esto es así sólo por el hecho de que eso, en sí mismo, también es racionalidad. Quiero decir, para que haya un punto de giro o quiebre en el guión, inevitablemente tiene que existir un conflicto ligado en mayor o menor medida a lo emocional. Pero el problema está que, en Interestelar, los conflictos emocionales son secundarios no en términos de tratamiento narrativo sino de tratamiento dramático.


El tempo escénico, la importancia dramática y formal de la película, trata a estas escenas no como el corazón del relato sino como un aspecto solidario y, casi se podría decir, inevitable para la trama siendo que se trata de seres humanos.


 


Por esto, en los momentos donde la emoción debe ponerse de manifiesto en la película tenemos la incómoda sensación de estar presenciando una escena de enorme carga dramática sin ningún tipo de pulso o tacto para llevarla a buen puerto. Sencillamente porque el tratamiento de la misma es demasiado racional y calculado. Esto es absolutamente consecuente con el tratamiento del Amor (a secas) que hace la película. Los personajes (algunos) intentan encontrarle ya no utilidad sino sentido al Amor, y ante la ausencia de explicaciones posibles, se lo liga al misterio y a la fe. El amor como acto de Fe. La consecuencia de esto es absolutamente lógica. En el sentido literal del término. Se establece en la película que el Amor es un estadio superior que todavía no entendemos muy bien para que sirve. Pero justamente (y “lógicamente”) todas las veces que los personajes tomaron decisiones en función del amor, esas decisiones fueron correctas. Y las veces en que prefirieron ignorarlo, pagaron las peores consecuencias, como el caso de la elección del segundo planeta (se priorizó visitar a Mann por sobre Desmond), y al principio de la película, el protagonista decide irse más allá de la advertencia de su hija (sabrán al final de la película que es una decisión clave).


En algún sentido, el amor, sólo tiene lugar en la película en la forma “científica” del resto de los temas a tratar. Nolan sufre porque pone al Amor y la Fe en la mesa de laboratorio conjuntamente como al espacio, al tiempo, a la gravedad, a la matemática moderna, y sin embargo las dos primeras no tienen control, no ofrecen regalías lógicas, van mas allá de los cálculos. Son caóticas. Pero en ese caos, una vez que los personajes deciden relacionarse con el, siempre se encuentra una salida. Y eso es lo que Nolan pareciera reconocer a regañadientes. Porque ya no se trata de un director cuyas películas presentan personajes que tienen una relación conflictiva con todo aquello en el mundo que se sucede por fuera de la lógica, sino que él mismo es quien pareciera tener esos problemas, además de una sobrevaloración de la racionalidad al servicio del pensamiento y una severa subestimación a lo emotivo e instintivo. Más allá de que perezca que diga lo contrario con sus puntos de giro de guión en relación a lo explicado con respecto a las decisiones de los personajes y los pro y los contra de escuchar al corazón.


Por lo que queda, la película es un verdadero mamut, una especie de Ben-Hur del espacio. Con escenas de brillante factura técnica y un presupuesto magnánimo que se ve en pantalla, todo el tiempo. Absolutamente recomendable para ver en la pantalla gigante del cine, sobretodo y mucho más para los amantes del cientificismo que de la ciencia ficción.


Román Cárdenas


FICHA TÉCNICA: INTERESTELAR (Interstellar, Estados Unidos-Reino Unido/2014) / Dirección: Christopher Nolan / Guión: Jonathan Nolan, Christopher Nolan / Fotografía:Hoyte van Hoytema /Edición:Lee Smith / Música: Hans Zimmer / Elenco: Matthew McConaughey, Anne Hathaway, Jessica Chastain, Michael Caine, Wes Bentley, Matt Damon, John Lithgow / Distribuidora: Warner Bros /Duración: 169 minutos / Calificación: apta para mayores de 13 años.

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