top of page
Foto del escritorCIC

Lucía Puenzo y Nicolás Batlle en el CIC Charla sobre Wakolda

El 24 de Septiembre el CIC vivió una tarde especial junto a sus alumnos. Acompañados de Vivián Imar y Marcelo Trotta, directores del CIC; la directora y el productor ejecutivo de “Wakolda”, Lucía Puenzo y Nicolás Batlle, ofrecieron una charla revelando aspectos fundamentales del desarrollo, realización y gestión de este importante film nacional interpretado por Natalia Oreiro, Diego Peretti y Alex Brendemühl.


El film, que contó con la Selección Oficial del Festival de Cannes y el Festival de San Sebastián, cuenta una historia basada en la novela homónima de Lucía Puenzo sobre un científico alemán (ALEX BRENDEMÜHL) que en 1960 se instala en una hostería en la Patagonia frente al Lago Nahuel Huapi, atendida por un matrimonio (NATALIA OREIRO y DIEGO PERETTI). El extraño personaje y sus obsesiones por la pureza y la perfección, les genera a los anfitriones cierto recelo, progresivamente se verán seducidos por sus modos, su distinción, su saber científico y sus ofertas de dinero… lo que nunca imaginaron es que están viviendo con uno de los peores asesinos de la historia.



La charla se llevó a cabo en un colmado Teatro del CIC, y contó con la moderación de Marcelo Trotta y Vivián Imar, que fueron encauzando la charla hacia los tópicos más interesantes para los alumnos de las tres carreras de Realizador, Actuación y Curaduría, allí presentes. De esta forma, tanto Lucía como Nicolás comenzaron a introducir a los espectadores en el universo Wakolda, primero a partir de la evocación del pasado, en los inicios mismos del nacimiento de la idea:


LA HIPNOSIS DEL DESIERTO

Lucía: Empecé a escribirla en Bariloche. El viaje iniciático de la película es un viaje que yo hice varias veces como mochilera. Comencé a pensar en escribir esta novela y esta película, a partir de un viaje un tanto hipnótico que tuve con Sergio Bizzio y su hijo Blas por la ruta del desierto.


Hubo una imagen, de unas nenitas jugando en la ruta, que fueron la imagen que disparó la película y está incluida al principio, en la escena en la que el matrimonio conoce al científico alemán.

Para mí siempre fue un misterio el hecho de tantos jerarcas nazis escondidos en nuestro país. Por esto también empecé a escribir primero la novela, que me llevó un año y medio de escritura diaria, y de encuentro con historiadores, documentalistas y médicos.


No fui consciente de cuánto de cinematográfica tenía la novela, pero evidentemente, allí estaba de nuevo; y al año de haberla editado, ya escribiendo otra novela, comencé a adaptarla a guión cinematográfico.

El traspaso de los literario a lo audiovisual siempre es un misterio que puede contener ciertos métodos particulares en cada artista, Marcelo Trotta indaga sobre las diferencias entre la labor de escritora y de directora. Lucía confiesa que ambas actividades la seducen particularmente:


 

LO QUE MATA ES LA ANSIEDAD

Lucía: Amo dirigir, editar y sobretodo escribir. Lo único que detesto del cine es el tiempo que tenés que esperar para que el proyecto salga adelante, que siempre es el mismo. No importa acumular experiencia previa, siempre es difícil. Entre decidir hacer una película y hacerlo, son un año y medio o dos, si la cosa va bien…

Aquí es donde la participación del Productor Ejecutivo comienza a ser vital y determinante. Vivián consulta a Nicolás Batlle sobre este arduo proceso:


FUÉ COMO JUGAR AL FÚTBOL CON MARADONA Y CON MESSI.

Nicolás: Con Lucía y Luis (Puenzo) habíamos hecho un documental llamado “El Fín del Potemkim”. El día del estreno del documental empezamos a hablar de la película y me ofrecieron la producción ejecutiva. En principio era una película más grande de las que yo habitualmente hago. Hoy, dos años después agradezco que hayan confiado en mí. Que un ganador del Oscar y su hija con todas las películas que han hecho, me hayan invitado a hacer la película, era como que Maradona y Messi me inviten a jugar al fútbol. Fue un año y medio de muchísimas complicaciones, se terminó por el tesón y el esfuerzo de los tres. La película como estructura tuvo tantos éxitos como fracasos, no fue ningún cuento de hadas. Es una co-producción entre Argentina, Francia, España y Noruega, pero también hubo muchos Fondos y Subsidios a los que aplicamos y se cayeron. Co-producciones con Chile, México, Alemania que no pudieron ser. Fueron tantos logros como tropezones y por esto, el año y medio de trabajo que nos tomó hacer la película.


Entre que el rodaje involucraba filmar en la Patagonia en invierno, la situación de ser un film de época y las fechas acotadas del elenco por otros compromisos, el plan de rodaje fue como jugar al TEG. Luis con su experiencia nos decía que se podía caer en cualquier momento, así que hoy haberla terminado nos parece un milagro.


Como al 90% de las películas argentinas, los baches financieros producto del tránsito de dinero proveniente del INCAA y de los diferentes subsidios, hicieron también que sostener la estructura de producción de la película sea difícil, siendo que la inversión más grande es en la previa y en el rodaje y que los subsidios se reparten de manera más espaciadas, incluso durante la posproducción. Ahora, el “bebé” ya creció y le pertenece al espectador y camina por sí solo, y eso es lo maravilloso del cine. Pero mientras, había que cuidarlo… y era un “bebé” que pedía mucho. (Risas)


Resueltos los aspectos de producción y financiación, la película comenzó a forjarse como un territorio cada vez más posible. Es allí donde naturalmente empieza a jugar un papel importante la definición del elenco, siendo que el inicio del rodaje puede llegar en cualquier momento:


LA PROFESORA DEL CIC

Lucía: En la segunda reescritura del guión, me contacté con María Laura Berch (docente de Actuación frente a Cámara del CIC) y realmente fue lo mejor que le puede pasar a un director. Nunca había trabajado con un entrenador actoral de niños durante el rodaje, y me generaba una couta de duda. Pero fue una clave fundamental. Empezó mucho antes a buscar a los chicos de la película, vimos como 900 en total, fue a escuelas de circo, de danza, empezó a ir a la salida de los colegios, incluso corriendo el riesgo de ser confundida con una secuestradora (Risas).


Y un día me llamó y dijo “te la llevo, te llevo a Lilith”. Y la verdad que ni bien traspasó la puerta dije “y sí, es ella”. Y comenzamos a trabajar con Florencia (Florencia Bado, la niña que interpreta a Lilith en Wakolda) y María Laura seis meses antes del rodaje.Flor no tenía experiencia en actuación y mucho menos en lo que significa un rodaje. Fuimos trabajando más que nada la confianza, vital para trabajar entre niños y adolescentes.


Pero no sólo encontrar a la niña ideal fue un proceso complejo. En la película se habla en alemán en una gran cantidad de escenas, y encontrar una actríz argentina que pudiera hacerlo no parecía una tarea sencilla. Allí fue donde apareció Natalia Oreiro, que se comprometió a prender alemán por fonética en un par de meses, y así fue. Su nivel de compromiso y su espíritu de trabajo hicieron que Natalia pronuncie el alemán a la perfección.


Resueltos los aspectos técnicos, logísticos y artísticos competentes a la etapa de pre-producción, Vivián y Marcelo indagan sobre el proceso específico del trabajo con los actores, sobretodo a partir de la siempre difícil conjugación entre actores profesionales y niños principiantes; ante la atenta mirada de los alumnos de la Carrera de Actuación y Realización del CIC.


EL MÉTODO DEL ESPEJO

Lucía: Lo primero que hicimos con los actores adultos fue mucho trabajo de mesa y luego de tres, cuatro meses empezamos a poner el cuerpo. Con los más chicos todo lo contrario, no tuvieron el guión hasta dos semanas antes de filmar. María Laura se los iba contando como si fuese un cuento. Se iban acercando a los personajes a partir de juegos. Ensayamos con los chicos recién ya en Bariloche, y sólo una vez que ellos me lo pidieron.


Pasó algo particular con Florencia y es que debido a su inexperiencia como actríz, era capáz de transmitirlo todo, pero le costaba transitar los pasajes más emotivos de su personaje, el registro de la emoción. Hasta que vimos que se emocionaba cuando los actores profesionales lo hacían. Ahí se nos ocurrió utilizarlos como espejo. Primero a Natalia (Oreiro) y después a Alex (Brendemühl). Ellos repetían los textos de Florencia y se emocionaban, y ella conectaba con eso y lo reproducía. Esta operativa inusual fue la llave para las escenas más complejas de Florencia en la película.


Con los adolescentes y los niños, es cuestión de ver qué les sirve para conectar y armar un método a la medida de ellos.


Más allá del método, el cine abarca gran cantidad de aspectos técnicos y de equipos de trabajo que, en mayor o menor medida, también deben integrarse a una lógica de realización unificada con las intenciones del director y su modo de trabajo actoral. Lucía explicó como es su método en esa instancia:


LA IMPORTANCIA DEL “AQUÍ” Y EL “AHORA”

Lucía: Lo que hacemos habitualmente es llegar al set con el Director de Fotografía, el Sonidista y el Director de Arte; y ensayar con los actores sin que se cambien todavía. No tengo una planta, ni un story-board, ni nada previo. Vemos cómo se desplazan ellos por el espacio, cómo se sienten más cómodos, vamos sacando fotos, mirando lo que más nos gusta. Y después mientras ellos se cambian nosotros hacemos la puesta.

Vemos referencias previas, películas afines a nuestras intenciones, sabemos lo que buscamos. Pero dejamos que el ensayo en el lugar termine de definirnos todo.


Esta estructura de trabajo, más propia de los verdaderos autores, resulta interesante inmersa en una estructura tan importante de producción como es la del film “Wakolda”. Los directores del CIC consultan tanto a Nicolás Batlle como a Lucía Puenzo sobre cómo actuar frente a un guión, condiciones de producción y método de trabajo tan ricos y complejos:


AUTOR INTERNACIONAL

Nicolás: Yo siempre produje películas de autor. Acompañé a los directores en la aventura de hacer una película. Soy muy respetuoso de lo autoral. Lo que sentí con Wakolda es que era muy internacional, que potenciaba a la directora y que tenía miles de desafíos sin dejar de ser posible. Y por contar una historia de interés universal, me pareció plausible de conseguir coproducciones. Con una directora con experiencia, una productora fuerte como la de Luis, me pareció que las instancias eran posibles.

El primer guión te asustaba, Patagonia, nieve, un hidroavión. Había que hacerlo con apoyo local y de coproducciones.


CUANDO LAS PIEDRAS ENCAJAN

Lucía: La gran diferencia entre películas complejas posibles y realizables, y las que mueren en un cajón, es sentarse a encontrar el diseño de producción ideal. En el caso de Wakolda, fue haber encontrado el Hotel (Tunquelén) y decir “listo, vamos a filmar en el Tunquelén y a dormir todos en el Tunquelén, y desde ahí filmar” Eso nos daba cobertura permanente en caso de nevada y acortaba las distancias. Cuando encaja la piedra importante, todo se hace más fácil. Quizás si no encontrábamos un hotel en el que se pueda filmar y vivir o alojarse al mismo tiempo, no terminábamos la peli.


La charla continuó con la proyección del Backstage, en donde los alumnos del CIC pudieron se testigos del intenso trabajo pasional y profesional en Cine. Luego tuvieron la posibilidad de despejar sus dudas junto a estas dos notables personalidades del Cine Nacional, que con trabajo y sacrificio se han ganado el meritorio lugar de respeto de colegas y afines, a nivel nacional e internacional.


Una nueva oportunidad para los alumnos, como ya es costumbre del CIC, de conocer y aprender de cerca con el verdadero trabajo profesional.

19 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page