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"Te Sigue" de David Robert Mitchell - Seminario sobre Cine de Género: Terror/ Policial

¡AHÍ VIENE…. CUIDADO!

Por Gustavo J. Castagna

Fue uno de los mejores estrenos del año pasado y pasó casi desapercibido entre fatigadas actividades paranormales y films caseros herederos de aquella Bruja Blair. Pero TE SIGUE, segunda largometraje de David Robert Mitchell (The Myth of the American Sleepover, 2010), representa un aire renovar dentro del género de terror, acostumbrado en los últimos años a la búsqueda del impacto inmediato y al escamoteo del espacio off y del fuera del campo. Es decir, a aquella vieja prédica de “tenerle miedo al miedo” que por momentos parece haberse clausurado en tiempos cercanos.


Pero vayamos de a poco: aun no da para armar una serie de festejos pero es innegable que a través de recientes títulos genéricos de terror se insinúan algunos bienvenidos cambios.

TE SIGUE encabeza un breve listado, por lo menos hasta hoy, que propone un retorno a las fuentes narrativas de los años 70 y 80, en especial, trazando un puente desde los mejores títulos del gran John Carpenter hasta los temas que le interesaban a Wes Craven, en especial, el de las  iniciales pesadillas de Freddy Krueger y la más que astuta Scream.

TE SIGUE es terror de bajo presupuesto pero sin la imperiosa necesidad de recurrir a las camaritas digitales sino apropiándose de travellings y panorámicas que remiten a la tradición setentista.

Representa, en más de un sentido, una especie de terror abstracto, que recurre a la insinuación antes que a la certeza para describir a una serie de climas inquietantes y a un virus como detonante del relato, al que se le desconoce su origen, dispuesto a acosar y perseguir a la adolescente Jay y al grupo de amigos.

Es clasicismo puro desde la estupenda primera escena marcada por esa sensación de no lugar ni temporalidad posible, al mostrar a una chica corriendo y escapando de no se sabe quién. Es terror nocturno, pero también, como en los buenos ejemplos instalados por el cine de Carpenter (Halloween, La niebla, El enigma de otro mundo, En la boca del miedo), hay lugar para las escenas diurnas, aquellas donde concebir un terror de “apariciones” y “persecuciones” resulta más complejo.

Es un extraño ejemplo de cine de género en donde los adolescentes están instados a tener sexo para no morir, en franca oposición a los códigos más recurrentes que invitan al castigo debido al contacto sexual (en este punto recomiendo la lectura del brillante artículo de Nuria Silva publicado en el sitio Hacerse la crítica.http://www.hacerselacritica.com/a-proposito-de-it-follows-por-nuria-silva/)

David Robert Mitchell necesita de pocos elementos para transmitir al espectador una inestabilidad emocional por no saber qué es aquello que sucede en imágenes. La visión de Detroit como ciudad, en ese sentido, es triste y melancólica, casi perezosa en su errabundia adolescente, quienes hablan sin alzar la voz, sin música coyuntural de por medio para la distracción instantánea. Un mundo de susurros y de temores cercanos que señalan el fin de la adolescencia, los futuros compromisos, el desenlace de un tiempo y el inicio de otro.

A ese mundo conformado desde la nostalgia por algo que se va y no retorna, a ese universo de calles vacías, sin padres de por medio ni avances tecnológicos, arriba un Mal sin forma ni construcción realista. Por eso, los personajes de TE SIGUE, los pocos y necesarios para justificar una película en “climax” permanente, son observados y luego perseguidos, acaso por otros, pero tal vez, debido a sus propias inseguridades y miedos.

Bienvenido, por lo tanto, un film como TE SIGUE para iniciar el seminario. Despojado, austero, susurrante en su construcción dramática, virtuoso en sus decisiones formales, inquietante en su hora y media a pura amenaza procedente de algo inasible y difícil de comprobar.

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