Desde el 26 de Agosto, todos los miércoles a las 14.15 hs.
Entrada libre y gratuita con inscripción previa a través de reservas@cic.edu.ar
Todd Haynes, Michael Haneke y Werner Herzog.
TRES POR TRES SE ESCRIBE CON “H”
Por Gustavo J. Castagna
La “H” es muda pero cuando se trata de cine y se recuerda a directores cuyos apellidos empiecen con esa letra, el sonido ruge por su calidad extrema. La primera cita es obvia: Hitchcock, uno de los maestros del cine de cualquier tiempo.
Pero no vayamos tan atrás, ya que el seminario que se inicia el miércoles 26 y que tendrá nueve exhibiciones de films comprenden títulos concebidos por tres realizadores en donde la “H” impone presencia, fundamento, invitación al espectador para que disfrute, analice y observe con detenimiento poéticas diferentes, puestas al abismo, temas y formas estilísticas que caracterizan a un trío de cineastas más que vigentes en el cine de estos días. Tres directores (Todd Haynes, Michael Haneke y Werner Herzog) más que necesarios en el inestable cine de hoy.
Con “H” de hedonismo estético puede definirse a casi toda la (corta) pero estupenda obra hasta hoy de Todd Haynes, donde la música se concilia con el cine a través de una mirada cinéfila no directa sino transversal. El hedonismo (junto a la otra “H” de homoerotismo) gobierna la extraordinaria VELVET GOLDMINE (1999), anclaje del director en los años del glam rock dentro de una estructura de relato que se aproxima a la que Orson Welles manifestara en su opera prima “El Ciudadano”. Luego del mundo de purpurina y lentejuela vendrán las cuidadas y prolijas imágenes de SAFE (1995), segundo opus de Haynes en donde su protagonista (Julianne Moore) representa a la década del 80 en versión paranoide y en clave de terror metafísico. El cierre de las tres “H” de Haynes será con I´M NOT THERE (2007), invitación a presenciar un film clásico y experimental donde el centro narrativo es el músico y poeta Bob Dylan/Robert Zimmermann quien, en la película, aparece interpretado por siete actores diferentes.
Con “H” de humillación puede describirse a buena parte del mundo (y de su visión del mundo) del austríaco/alemán Michael Haneke. Crueldad, misoginia, cinismo al por mayor, el universo de Haneke no busca espectadores complacientes que solo se conforman con historias bonitas. Al contrario, los tres films a presentarse en el seminario auscultan la privacidad, violan los reglamentos, rompen con el confort burgués planificado de antemano. Por eso, el cine de Haneke molesta pero es genial en lo suyo, intimida pero seduce por la concreción de un mundo desequilibrado y en permanente riesgo. LA PROFESORA DE PIANO (2001); CACHÉ (2005) y la versión norteamericana de FUNNY GAMES (2007) representan tres disecciones quirúrgicas a cargo del cineasta, siempre provisto de su bisturí esquivo a la felicidad.
El desorbitado y desmesurado mundo del alemán Werner Herzog cerrará el seminario con solo tres grandes ejemplos de una prolífica obra que comienza en mitad de los años 60 y continúa hasta hoy. La primera ficción será AGUIRRE, LA IRA DE DIOS (1972), uno de los primeros viajes delirantes del director con su amigo/enemigo Klaus Kinski y una tripulación de alucinados a la búsqueda de El Dorado. Luego vendrá uno de sus grandes documentales, GRIZZLY MAN (2005) y su puesta al abismo sobre los riegos que se establecen desde la amistad del hombre con el mundo animal. Y nada mejor para el desenlace que las dos horas y media de FITZCARRALDO (1982), donde el enajenado personaje (Kinski, quien sino), escuchando la voz operística de Enrico Caruso, hace navegar un enorme barco por el Amazonas con el propósito de instalar un teatro en medio de la selva.
La propuesta es más que seductora. Tres cineastas a los que solo une la letra de sus apellidos reunidos en un seminario donde el clasicismo se fusiona con la modernidad y la autoría de los realizadores con una mirada nada complaciente sobre el mundo. Haynes, Haneke y Herzog son los anfitriones. Están invitados.
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