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Adrián Suar y Juan Taratuto en el CIC

A propósito del estreno de “Un novio para mi mujer”, el film argentino más exitoso del año. A sala llena, el director y el productor-actor comentaron sobre la experiencia que supuso el proyecto. El panel estuvo integrado además por Vivián Imar y Marcelo Trotta, directores del CIC.


A continuación les ofrecemos la charla completa para que puedan compartir con nosotros lo que dejó esta experiencia.



Vivian (Imar): ¿Cómo surge “Un novio para mi mujer”?

Juan (Taratuto): Nace de la manera más tradicional del cine de producción, o sea: Es un guión que le encargó una productora a Pablo Solarz, a principios del 2007. Y Pablo, que es un guionista con el que yo venía trabajando, me iba contando y me iba “chusmeando” off the records , lo que iba pasando y cómo se iba desarrollando el guión; y a mí me encantaba.


Pero lo distinto de este proyecto es que fue desarrollado por una productora, Patagonik , por dos productores Juan Vera y Adrián Suar, que además es uno de los protagonistas.

Y una vez que llegan a un guión y a una historia que los convence, me convocan para ser parte del proyecto. Yo me hice el sorprendido, cosa que era mentira, ya que Pablo me iba contando en nuestros encuentros cómo era. Y bueno leí el guión y me encantó, yo no había leído la última versión, y me atrapó desde el primer momento. Yo no tenía pensado hacer otra película, venía de hacer en febrero o marzo “¿Quién dice que es fácil?” , por lo que tenía ganas de hacer la plancha un rato y ver qué tenía ganas de hacer; pero tenía la sensación de que no podía dejar pasar esa oportunidad, más la sensación argentina de que “todo va a explotar en cualquier momento” entonces pensé que había que aprovechar el ocasión. En base a eso me decidí a hacer la película. Y fue un proceso muy interesante porque, en Junio o Julio nos convocan y estaba pautado comenzar a filmar en Octubre, en las fechas que coincidían para todo el mundo, para la productora… Yo adelanté que para mí era imposible, que necesitaba como un approach al guión, un trabajo sobre los personajes, sobre las relaciones, sobre el casting, sobre pensar la película. Yo soy bastante lento, a mí me lleva mucho tiempo eso. Que tiene que ver con leer un texto, apropiárselo, aunque al guionista no le gusta esto; hacer una segunda versión que tiene que ver con correcciones que a mí me interesaba hacer… no correcciones pero sí cambios a mi manera de ver la película. Y a mí particularmente lo que me pasa cuando el tema de una película empieza a dar vueltas por mi cabeza, que en este caso tenía que ver con una crisis matrimonial; es como si todos los elementos externos se me tamizan y sólo rescato eso. Desde una conversación en un asado, hasta en la música, en la radio del auto o un texto que leo. Es como que todo se remite a eso. Ahí me pongo a robar lo más que puedo, me pongo a copiar, a escuchar y a hacer anotaciones… Bueno, por todo esto yo necesitaba más tiempo, tuve la posibilidad entonces de trabajar seis meses hasta febrero que empezamos a filmar.


Y en todo ese proceso, bueno, cuando yo entro en el proceso había un guión, una productora y un actor; que era Adrián (Suar) . A partir de ese momento yo me hice cargo del proyecto, lo tome como un proyecto personal, sabía que, por mi manera de ver el cine, por lo que yo había hecho, por lo que quiero seguir haciendo; no me sentía cómodo haciendo una película para alguien sino apropiándome de la película… Y la sensación que yo tuve es que era un guión que… no que podría haber escrito, pero sí que a mí me hubiera gustado escribir, que es muy distinto; creo que no hubiera tenido la capacidad… pero sentía que era una historia que me representaba, que yo conocía algo de esa historia, de esos personajes, del clima que tiene la película. Si me hubiesen ofrecido un policial, lo habría tenido que dejar pasar porque no era el momento para hacerlo.


Bueno en función del guión nos pusimos a trabajar, la búsqueda del elenco, con propuestas mías… muchas veces está muy disociado o muy encontrado el productor con el director… y cuando hay un productor interesante, inteligente como es el caso de Juan Vera y Adrián Suar; es muy nutritivo. Para mí era muy interesante charlar con ellos el elenco, los cambios en el guión, les iba contando cómo iba viendo yo la película. Porque a mí me servía mucho ese “ping-pong”, es un lugar muy solitario el de la dirección de una película. Sentir que hay un compañero, codo a codo que, dependiendo de la película, puede ser un actor, puede ser un productor, un guionista; a uno lo calma porque si comenta algo escucha el rebote en el otro, que son personas en las que uno confía. Ahí el primer nombre que apareció fue el de Valeria (Bertucelli) , y a partir de ahí armamos el resto del casting.


 

Marcelo (Trotta): Bueno ante todo buenas noches, gracias a todos por venir, gracias Juan por estar acá. Bueno mi pregunta tiene que ver con las condiciones de producción. Cómo fue producir tus dos primeras películas en un rol más de Realizador Integral, en la primera además fuiste uno de los guionistas, trabajaste con un DF como Marcelo Iaccarino, que lo repetiste en tus dos películas, fue además tu camarógrafo… y en esta ocasión encontrarte con gente absolutamente distinta a las que estabas acostumbrado a hacer tus películas. ¿Cómo fueron esos procesos, en cuál te sentiste más cómodo, cuáles fueron las diferencias?

Juan: Fueron tres películas… si bien de presupuesto muy distinto, lo que uno ve en la pantalla es bastante similar digamos. Porque yo siempre pensaba que si empezaba una película lo que quería era por lo menos terminar de filmarla. Y los esquemas son bastantes parecidos, son películas de siete semanas… en las dos primeras yo también era productor o co-productor de la película, en la primera trabajaba con un guión mío, en la segunda con una adaptación bastante grande del guión… entonces siempre me voy armando las cosas para sentirme cómodo, o sea no me pongo objetivos imposibles, desde el plan de rodaje hasta elemento técnicos que pueda llegar a necesitar, digamos. Si sé que no voy a tener un camera-car saco la escena que tengo en el auto o la planteo de otra manera. Trato de no forzar la realidad, o las posibilidades. Trato de amoldarme porque siento que es más sano. Y para mí, algo que es como un diseño de producción que lo tuve en las tres películas, es la idea de pasarla bien. Yo sé que en el set, en el rodaje lo que me inspira es el buen clima. Estar yo de buen humor y que el equipo esté de buen humor. Entonces la gente que elijo para trabajar tiene que ver con su capacidad artística o técnica pero también por cómo son como personas.

Marcelo ( Trotta ) me preguntaba por el tema de Iaccarino, él es un gran fotógrafo, para mí un maestro no sólo del cine, es un amigo. Aprendí mucho de él y fue muy importante su presencia en mis dos primeras películas. Una guía, fue un tipo con mucha más experiencia que yo, que me ayudó, me acompañó, me dio la posibilidad de equivocarme… me acuerdo el primer día de rodaje de la primer película, que estábamos tirando la primer toma un domingo a la noche… y de repente es como… ¿vieron cuándo van a un lugar y tienen la sensación de que se están olvidando algo? Bueno yo tenía la sensación de que me había olvidado el género de la película. Estaba sentado al lado del monitor, y le digo –Marce, tengo una duda… ¿qué género es la película?, porque yo siento que no hay ningún género. Entonces me dice: -No, no hay ningún género y está buenísimo que transites tu propio género. Es como ir descubriendo sin ceñirse a ciertos paradigmas de cada género.


Yo soy un defensor del buen clima en los rodajes, siempre que hay gritos y hay quilombo en las filmaciones tiene que ver con la inseguridad del director; y el clima del rodaje es el humor del director, de eso no hay duda. Yo me pongo muy nervioso en los rodajes, pero tiene que ver con mis propias limitaciones, me doy cuenta que hay algo que no lo puedo resolver. Y trato de no volcarlo, de estar serio, que no se den cuenta que estoy nervioso o de mal humor. Siempre que hay un buen clima yo creo que se gana: si uno le va a pedir a alguien que lo acompañe durante siete u ocho semanas en un rodaje lo cual, mas allá de la retribución económica, implica que esa persona va a trabajar doce, trece, catorce, quince horas; es muy difícil primero no reconocer ese trabajo, y no pensar en las ganas y en el esfuerzo que le está poniendo esa persona a su laburo. Hay un pibe, un segundo asistente de arte que se quedó hasta las doce de la noche esperando que un tapicero termine un sillón que va a estar en el fondo del cuadro y que quizás ni si ve. Hay mucho amor en cada una de las personas, ustedes lo saben bien, que participan de un rodaje con los más mínimos detalles. Entonces pienso que tiene que ser un lugar muy divertido, porque la verdad que levantarse a la mañana para ir a filmar es duro, es difícil y a la cuarta semana no interesa absolutamente nada y te querés quedar durmiendo también. Al equipo técnico le pasa. Uno como director es más enfermo, yo siempre me quiero quedar filmando hasta más tarde, pero la gente tiene otra vida y necesita volver a su casa. Y me parece que para la gente ir a un rodaje sea un suplicio… no está bueno.

Marcelo: ¿Las tres películas las hiciste en 35mm? ¿La relación de material fue la misma? Imagino que en esta última tuviste mucho más material para trabajar…

Juan: La primera película fue en 16mm… con una cámara que a veces tenía foco y a veces no… (risas) . La luchamos… y se amplió el material a 35mm. Que era cómo una incertidumbre, por ahí no se veía nada, pero gracias a dios se vio algo. La segunda peli fue en 35mm. Y filmé… no recuerdo exactamente la relación, pero tenía material; cuatro o cinco a uno, tres a uno, dependiendo de la escena. El tema que tengo yo es que no repito la toma, repito la escena entera. Por lo cual la Asociación de Productores me odia terriblemente… (Risas) . El tema es que por los actores y por la musicalidad de la escena, no puedo particionarla, no tengo la capacidad de partir la escena y hacer tal o cual momento. Y la última película se hizo en digital, algo que recomiendo, con una cámara nueva la D 20, que es una cámara de Arriflex , que la fabrican ellos mismos. Tiene un resultado excelente para ampliar, una cámara nueva y la sensación de no tener límites con el material… está buenísimo.


Marcelo: ¿Trabaja con un disco rígido?

Juan: Puede trabajar con un disco rígido, pero en este caso trabajamos con tape, con cassettes… pero esa posibilidad de poder dejar la cámara prendida, de volver a hacer… porque a mí también lo que me pasa es que empieza la escena, empiezo a pasarla con lo actores y digo: -Ah, esto es un muerto, acá no pasa nada, esta escena vuela. Y después me doy cuenta que puede funcionar…

(Aplausos, llega Adrián Suar)


(Taratuto bromea) –Bueno, y eso fue con Adrián, fue muy difícil trabajar con él… (Risas)

(Continúa) … Fue muy cómodo trabajar con la cámara digital, fue muy interesante la experiencia sobretodo por el resultado. Por la posibilidad, primero, de poder grabar casi sin límite, y segundo por poder escanear todo el material en un sckratch y después poder manipularlo cuadro a cuadro. Eso la verdad que está buenísimo. Y en costo… termina costando lo mismo que una película en 35mm y sin los riesgos en 35mm, trabajando con lentes intercambiables. Vivian: Bueno, Adrián, bienvenido, gracias por estar acá.

Adrián (Suar): Gracias a Uds. por invitarme, perdón por llegar tarde… Juan (Taratuto) me pasó mal la dirección… (Risas)


Vivian: No bueno, sabíamos que estabas en el centro con muchas complicaciones de tránsito para venir, así que muchas gracias por estar acá. La siguiente pregunta, primero para Juan (Taratuto) , cómo fue tu trabajo con los actores… si hubo ensayos, cómo fue tu trabajo específico con Valeria y con Adrián…

Y para Adrián (Suar) si querés comentarnos tu experiencia específicamente como actor en la película…

Juan: Bueno, a mí los ensayos con actores me gustan mucho porque es un lugar de descubrimiento. Uno por ahí tiene una idea específica, que se van tirando en frío y uno ve que no funciona. Entonces pasarla y repasarla es como amasar y amasar hasta que algo aparece. Y la verdad que los ensayos también me sirven mucho para terminar de entender el guión y los personajes, para encontrar o entender las situaciones… y para hacer casi un primer montaje; en el sentido de ciertas cosas que están en las escenas y no están en el texto, pero a partir de ciertos gestos o miradas logran otra importancia y ameritan una reescritura. Yo soy bastante rígido con los actores en cuanto al texto, atenerse a él en rodaje. Pero para llegar a ese texto confío mucho en entregar el guión a los actores y que ellos hagan su propuesta a partir del guión. En este caso Adrián (Suar) conocía el guión desde el principio por su figura de productor del proyecto. Pero siempre trato que los actores vean ese guión, que aporten, porque la verdad que son personas muy creativas y pueden aportarle mucho a una escena y a un guión. Y a raíz de eso poder generar una reescritura, y en base a eso hacer en ensayos, y en esos ensayos aparecen cosas… En esta peli en particular toda esta relación tensa con “El cuervo” (interpretado por Gabriel Goity) se terminó de delinear en los ensayos y ganó mucho, aparecieron escenas que no estaban. Yo la verdad que lo doy mucha bola a los ensayos de las escenas. Además de los ensayos de mesa, para mí los importantes son los ensayos de escenas, en donde uno amolda el cuerpo a los personajes. Y no los considero superiores a una hora o una hora y media porque considero que es el límite de saturación… unos quince, veinte minutos de entrada en calor y después unos cuarenta y cinco minutos que funcionan muy bien, y después esa energía se empieza a diluir. Yo me hago anotaciones casi de cámara también en los ensayos… empiezo a anotar mi guión, a ver por dónde va la escena. Empiezo a descubrir cosas de montaje… me encantan los ensayos porque me hacen ver la peli desde el inicio. Vivian: Bueno Adrián, comentanos como fue tu experiencia como actor específicamente en esta película y cómo fue además el hecho de haber sido actor y productor de un mismo proyecto.

Marcelo: ¿Pedís los mejores planos?…


Adrián: Obvio… (risas). No, la experiencia fue muy positiva para mí. De un gran crecimiento personal, hace mucho que no hago una película, creo que hace ya cinco años de “El día que me amen” . A Juan (Taratuto) lo conocía ya por sus trabajos, nos habíamos visto en alguna oportunidad… pero fue muy enriquecedor. Es muy riguroso… neurótico… (risas) . No, porque dije riguroso y el nombre de la patología es otro… (risas) . Es muy importante la relación con el director y la relación con la escena… y cuando estoy en el set enseguida soy actor y tengo todas las mañas de los actores, las inseguridades… básicamente se transforma el cuerpo y empieza la pelea con el director, que es un clásico… no se presenta de otra manera… pelea lógica… “vamos por acá”, la indicación de Juan; “¿qué hago?… pruebo, no pruebo…”, por ahí pruebo y no me sale… Y la verdad que toda esa inquietud y todo ese nervio que, al menos, yo tenía, estuvo almidonado un poco con el buen trato que tiene Juan… lo bien que lleva adelante la tarea de dirigir, cómo entrarle al actor; que es todo un tema para el director: cómo abordo a un actor para intentar sacarle lo mejor, para que esté flojo y no se ponga tenso. Todo eso Juan lo hizo, por lo menos en mí caso, fantásticamente bien.

Y todo el trabajo de producción de la película fue previo; después en los dos meses de rodaje en ningún momento apareció el rol de productor, casi nunca.

Marcelo: ¿El tema de la película lo planteaste vos y llamaste luego al guionista para desarrollarlo?

Adrián: No, apareció por otro lado. Era otra idea, después Pablo (Solarz) trajo ésta idea, se terminó de armar, después se sumó Juan (Taratuto) … y se terminó de armar algo que ya tenía más avanzado Pablo Solarz, el autor.


Marcelo: ¿Y para construir el personaje acudiste a un método en especial, a tu experiencia personal?

Adrián: Generalmente uno trae lo que trae de la vida. Esos son sus elementos. Sobretodo con un tema como el de la pareja, que es un tema que a cada uno le pega de determinada manera. Uno le echa mano a esas cosas. Por lo menos en el proceso creativo hablábamos todo el tiempo de la relación de pareja y cuáles eran las cosas que nos parecían graciosas para la estructura dramática de la película. Uno arranca por la columna vertebral tratando de echarles mano a los personajes. En el cuento que íbamos a contar, teniendo personajes fuertes como el de “ la Tana ” (Valeria Bertuccelli) y el personaje que hago yo, tenés más posibilidades a partir de ahí de pensar una película.


Marcelo: No, te pregunto porque en un momento leí en una entrevista que Valeria (Bertuccelli) dijo que se inspiró en un familiar, por ejemplo…

Adrián: Sí, bueno todo el mundo… obviamente uno es lo que vio… sino es imposible, en todo orden creativo. No existe tener la mente en blanco. Uno es una suma de cosas. Cuando se aborda desde una idea, todos los que estamos acá debemos tener en algún punto una serie de imágenes ¿no? Siempre, siempre; el disparador es “tiene el color de…”, “tiene el olor a…”; ya sea de alguna película o de algún hecho que uno vio, ya sea un hecho familiar o algo de lo que uno se pueda nutrir. Y obviamente cuando le echas mano a un personaje sos una esponja, todo el tiempo estamos viendo –“Ese me lo como, ese me lo fumo, ese lo voy a hacer, ese personaje ojalá me salga igual, lo voy a sacar…” , ya sea la manera en que mira, o cómo habla o la historia que trajo. Después obviamente uno lo va acomodando. En el caso del personaje mío había algo que sobretodo tenía que ver con que ella (por “ la Tana ”), al estar tan arriba en una actitud casi masculina, obviamente con Juan hablamos que la mía iba a ser una actitud un poco más femenina. Vivian: Bueno Adrián te quería preguntar… sos productor de cine, teatro, televisión, Canal 13, actor… ¿cómo hacés, cómo organizas tu vida, con qué disfrutas más?…

Juan: … llega tarde… (risas)


Vivian: …¿qué te hace decidir por un proyecto u otro, por un área u otra?

Juan: Yo quería comentar una cosita antes: Hablábamos antes de la dualidad actor-productor. Muchas veces ligamos la figura del productor con la persona que “pone la plata”; y me parece que una de las cosas mas positivas y más interesantes del productor, una cosa es el productor ejecutivo y otra el productor financiero, es el productor como gestor de la idea que por ahí es algo que no está muy visto acá en cine. Que en Argentina se lo ve más en la figura del productor televisivo, que es el productor que arma, que llama un guionista, que llama un actor, que llama un director… es un productor creativo, es un rol más americano, pero es un poco lo que hace Adrián… desde ese lugar.

Marcelo: Sí, de hecho fuiste creativo a partir de “Poliladron” que de hecho intentaste hacerlo en 16mm… Hubo como una búsqueda de calidad que en la tele todavía no se veía.

Adrián: Sí, además en su momento la hizo Fernando Spiner, que es un gran director.

Marcelo: Pero a partir de ello hubo un cambio en la imagen televisiva…

Adrián: Sí, más cinematográfica.

Marcelo: Bueno es un poco esa mirada más integral que propusiste como productor…

Adrián: Sí… con respecto a la pregunta, se pueden hacer las cosas… y ahora con el cine, que para mí es el género mayor… si bien la tele es maravillosa y yo vengo de ahí, el cine es otro universo, otro lenguaje, otra manera de abordar, en todo sentido. Desde la manera inclusive. Yo recuerdo que discutía con Juan porque, bueno, por mi formación televisiva, a veces tenía ganas de hacer un poquito más, desbordaba por hacer un poquito más en la pantalla… de voraz, de angurriento… (Risas) . Entonces Juan me pedía menos (ríe) . También tiene que ver, más allá del chiste, con el lenguaje cinematográfico, que es otro. En la pantalla gigante un pequeño gesto… bueno, ya lo sabrán ¿no? No es lo mismo actuar para la tv que para el cine… y eso es algo que se va aprendiendo.


Marcelo: ¿Sos de intervenir en el arte, en las diferentes áreas?¿seguís la película durante el montaje?

Juan: ¿En qué sentido?

Marcelo: En el sentido de la realización integral, a veces cuando se está muy comprometido uno intenta estar hasta en la última reunión con el director de arte, o trabajar hasta lo ultimo con el montajista, que no te corte determinada escena o te quite determinado plano, que vos amas… La pregunta es qué pasa cuando se trata de una producción del nivel que tiene esta última, ¿hasta qué punto llega el director?

Juan: Yo la verdad que intento ir a todas pelotas… quiero saber hasta quién va a hacer el catering… me meto en todo, pregunto de todo… Hay cosas que me las pierdo porque no te da el día en una preproducción… pero obviamente me muestran hasta cuál va a ser el florero que va a estar sobre la mesa… después me engañan porque me ponen otro y no me doy cuenta… (risas) , pero intento creer que tengo algún control. Y en el montaje, obviamente también. En este caso el montajista, paralelamente al rodaje iba editando, iba mandando dvds con las escenas y me hacía tres, cuatro, cinco armados; yo iba corrigiendo por mail, porque no tenía tiempo de ir, le iba diciendo –“fijate en tal o cual escena, estirale en tal lugar” . Pero, después que terminó el rodaje… fueron dos o tres meses de laburo cotidiano, día a día. La sensación es que… sobretodo en este país, en el que uno no puede pensar que va a hacer un cine de género, que entre en tal o cual categoría; porque una película de acción o una comedia romántica vienen los americanos y la hacen, como género en sí, mucho mejor… uno tiene que buscar la particularidad, su propia mirada. Y eso siento que se logra estando ¿no?, como decía Tarkovski… esculpiendo, esculpiendo, esculpiendo y viendo qué aparece de eso.

Vivian: ¿Y con Iván (Wyszogrod) cómo trabajaste el tema de la música? ¿Trabajaron a partir de propuestas tuyas?

Juan: El editor trabajó sobre referencias… le ponía música de referencia pero eran más que nada propuestas suyas. Algunas cosas le iba mostrando Iván y otras iba proponiéndo… la música es mi pata más floja… es el lugar donde me gustaría formarme, porque siento que es otro lenguaje, es un lenguaje que no manejo. Es como por señas casi mi manera de relacionarme con respecto a lo musical. Y después soy fiel a mi gusto: me gusta o no me gusta. Iván iba trayendo, iba aportando, tiene muy buen gusto él también; eso lo hacía más fácil.

Marcelo: ¿Adrián cuál es tu opinión acerca de los críticos de cine, estabas pendiente de esa mirada mientras estabas trabajando como actor?

Adrián: Para ser honesto… estaba absolutamente pendiente. Creo que todos, sale una crítica y uno quiere saber… Pero, con un punto y aparte. Muchas veces la crítica, a quienes nos dedicamos a esto… uno puede separar, uno puede tener errores en películas, películas fallidas, que he tenido… películas con aciertos, aciertos a medias… pero generalmente hay un lenguaje que uno entiende con un profesional, que uno se da cuenta donde está el error, cuando lo terminaste, a veces lo sabes de arranque… Pero hay críticos que tienen una mirada correcta y hay otros que dicen cualquier cosa. Como que es una mirada de alguien que no entiende muy bien lo que es la industria cinematográfica y hacer una película. Entonces es muy difícil evaluarlo porque ya arranca con un nivel que no sabe de lo que habla, no conoce de lo que habla. Critica pero no tiene estatura, es un nivel muy bajo. Y hay otros que son muy buenos, hay otros que tienen animosidad… igualmente el crítico está lleno de prejuicios… hay mucho snobismo , hay de todo. Marcelo: Claro… Pero en este caso parece que fue muy buena la crítica y se habló muy bien de la película y hubo un montón de elementos que influyeron. Uno siempre está en esa disyuntiva de saber si una buena crítica lleva o no lleva espectadores… lo que sabemos es que una mala crítica te quita gente, pero no sabemos si una buena crítica te lleva gente o no…


Adrián: Vos podés mentir un rato, podés engañar… pero después la gente tiene una percepción mucho mayor, en algunos casos más honesta y más básica que la de los críticos. A lo mejor no la entendés perfecto pero la gente… depende de la película también. Hay películas más cerradas que van para un determinado público que interpreta y vos tenés una determinada sintonía con ese espectador, que entendió algunas cosas que tienen que ver con la cámara o con la atmósfera de la peli , y decís: -la verdad que me pegó … y después va tu tía y dice –no entendí nada. Porque pasa también, y es válido. Porque también está ese otro lado, el del que no entendió nada… y a veces nos ponemos muy fachos con ese público. Hay como un nivel con el que no entendió –no entendiste?… qué hijo de p… Y bueno macho , perdonáme, no la entendí… Que pasa también, ¿no? Y tiene que ver con cierta condición humana en donde todo lo raro pertenece a un determinado sector o a un cierto nivel. Y sin embargo hay buenas y malas películas. En la Historia del Cine, en todas las categorías, las grandes películas, hay algunas difíciles de entender que son “joyas” para un nivel de público que puede entender o esta abierto, y hay otras “joyas” que decís: -esto lo entiende tu tía, tu abuelo , y es una “joya” también.


Vivian: Algo que le preguntaba a Juan hoy, ¿esperabas este éxito tan grande de público?

Adrián: No, tan grande no. Pero estábamos seguros en cuanto a que habíamos hecho bien los deberes. Estábamos muy contentos ya cuando Juan me mostró el primer corte que hizo, yo decía: -no aguanto más, tiene que andar bien (Risas)… Porque estaba bien… a veces me doy cuenta en otros casos –no, nos van a matar… es un “choreo”… nos van a matar. (Risas) Pero hay veces que no, que vos decís –Esto está muy bien … y estaba bien, realmente.

Juan: Sí, en ese sentido creo que fue una película muy honesta. Esto de que el autor llegó a una historia con la que él se identificó y encontró un personaje que él conocía, con aportes de Adrián y de Juan Vera… pero había una caja de resonancia en todos. Cada uno ponía algo muy personal en la película. Y si uno trabaja, le dedica horas, indefectiblemente es imposible que salga mal. Después puede ir a verlo nadie, pero como obra, es difícil que salga mal.


Marcelo: Sí también hay una instancia de disfrute, de alguna manera de eso se trata la vida.

Juan: Sí, totalmente…

Adrián: La pasamos muy bien.

Marcelo: La escena en donde se reemplaza a la psicoanalista por la cámara, que me pareció muy buena… ¿es un aporte tuyo?

Juan: Adrián no cerró plata… (Risas)

Adrián: Bueno pero fijate vos lo que es la dinámica de trabajo, ¿no?… Yo no estaba muy de acuerdo con eso… (Risas) … era algo que me parecía que…

Marcelo: Es una pregunta que arreglamos antes con Juan… (Risas)

Adrián: No, realmente no estuve de acuerdo en su momento… yo creía que no, que había que tener el contraplano. Y Juan estaba muy… se acuerdan que les dije era… (Risas, se refiere a su comentario en la charla en donde bromea con Juan tildándolo de neurótico) … y bueno… y la verdad que fue un hallazgo; cuando vi el primer corte me pareció que estaba muy bien, que funcionaba muy bien la voz en off, y que no le quitaba tensión, por el contario, la idea de tener la atención en los dos personajes en lugar de restar sumó.

Juan: Sí un poco eso es más un ejercicio de director, ¿no?… Ver para que están en una escena las cosas, ¿no?, qué estoy contando en esta escena. Y me imaginaba planos de una pareja contando sus cosas, y contraplanos de la psicóloga, diciendo: -y entonces, ¿qué paso?… –Ahá… -Mmm… Iba a tener cortes, no iba a tener fuerza el relato. Sentía que era mucho más importante centrarnos en ellos y jugar la energía de otra manera, que no sea un triángulo. Hasta de montaje. Jugarlo a que la energía esté ahí. Y pasaban cosas, cuando filmamos eso, fue todo un día para hacer esa escena; con dos cámaras y, como a mí me gusta hacer las escenas enteras, era mucho desgaste para los actores, los maté ese día… pero no me importaba porque era el último… (Risas) … ¡Y veía que funcionaba la escena!, eran diez, doce, catorce minutos y la escena funcionaba. Digamos, estaba abierto a que pudiera pasar tener que decir: -Qué tal, Sindicato de Actores mándeme una psicóloga de cincuenta años, con rulos que necesito hacer un contraplano (Risas). Existía la posibilidad…

Marcelo: Bueno, vamos a darle la oportunidad de preguntar a los alumnos… Alumna: Bueno, quería hacer dos preguntas, una a Juan ¿qué opina del cine argentino actual, sobretodo en comedia?; y a Adrián cómo es apostar a otro tipo de televisión, me acuerdo particularmente de los que fue “Mujeres Asesinas”, el año pasado y las temporadas anteriores, ¿de dónde sale esa inquietud?

Adrián: La búsqueda en televisión es impostergable, uno tiene que ir buscando siempre… Generalmente se da cuando aparece una idea, ¿no? En este caso, de un libro, de casos reales… Y me pareció que era una buena oportunidad, que tenía fuerza para que el espectador quiera husmear; hay algo de morbo también. Estuvo bueno en un momento de la tele, duró dos años, dos años y pico. Fue un ciclo muy bueno, generó mucha polémica, mucha atención… En mi caso generalmente trato, sobretodo en los unitarios porque en la tira me cuesta más, de cambiar de género cada tanto. El policial en algún punto ya lo había hecho en algunos casos, pero eran policiales más livianos, este era más de género y me gusta mucho. La idea era por un lado cambiar de género y, por otro, “pegarle” a la mayor cantidad de gente, que funcione. Sobretodo en los horarios más fuertes de la televisión, y “Mujeres…” tuvo empatía total con la gente.


Juan: Con respecto al Cine Argentino, a mí me parece que, a diferencia de lo que se dice, para mí es un gran momento, me parece que por año se estrenan muy buenas películas. Se estrena gran cantidad y por ahí el porcentaje no es alto, pero este año que se estrena una película de Burman, una de Lucrecia Martel… ahora está “Motivos para no enamorarse” que no la vi, pero dicen que está muy bien, una película de Trapero, una película de Szifrón, una película de Caetano… digamos, hay muy buenos directores, hay una banda de diez, doce, quince directores… Sorín, que se yo, empiezan a aparecer… que generan cosas muy disímiles, muy buenas para mí, son películas que me atraen… pero que igual está bastardeado el cine argentino y no entiendo porqué. Somos un país del tercer mundo, deberíamos agradecer y hablar bajito porque ya el hecho de hacer cine es un milagro… entonces que pasen cosas así… yo vi “Leonera” y a mi me partió la cabeza… me parece muy bueno lo que se produce. Con respecto a las comedias… Campanella está por filmar ahora, que es un director al cual admiro mucho… siento que me gustaría que haya más comedia. Es un género que no se puede mentir. No se puede hacer comedia si uno no tiene el espíritu de la comedia, si uno no vive la vida tomándose con humor ciertas cosas, con una mirada de humor ante la vida. Esto que dice Woody Allen, que “el humor es tragedia más tiempo”, ¿no? Uno debe tener esa concepción. Para mí es un género dificilísimo, que me encanta, tengo muy claro que es mi costado como más infantil; porque yo voy al cine y quiero escuchar de qué se ríe la gente, si no se ríen doy vuelta la cara para ver qué está pasando. Necesito como la respuesta inmediata, es como una ansiedad. Me gustaría que haya más comedia, a mí lo que hace Szifrón, lo que hace Campanella, o algunas cosas de Burman que tienen que ver con la comedia, me parece que son muy logradas.

Alumno: Para Juan, una pregunta que tiene que ver con la dirección de actores, cómo es tu trabajo con el actor, porque en el caso tanto de Adrián y de Valeria, que uno está acostumbrado a verlos actuar, no tienen en tu película el registro que manejan habitualmente. ¿Cómo es tu trabajo con respecto a eso, desde dónde abordas?… Y para Adrián, ¿hasta qué punto vos aceptas o tomás todo lo que dice el director y cuánto ponés de vos en eso?


Juan: Mi trabajo es bastante intuitivo con los actores, yo tengo una formación actoral bastante exigua. Pero sí me doy cuenta cuando le creo o cuando no le creo. La base fundamental del laburo para mí es el guión; yo no trabajo sobre ejercicios, sobre relajación… con actores gritando contra un rincón… (Risas) … eso no me termina de convencer. Porque no lo conozco, quizá. Pero sí creo en tratar de que el actor acuda a situaciones análogas a lo que está viviendo. Porque también el trabajo con el actor es lograr en poco tiempo una intimidad y un conocimiento de las zonas oscuras del otro. Y también abrirse y ventilarse y contar, que el otro te cuente sus miserias; y darle algún dato si está perdido para que toque esa cuerda, ¿no? Tiene que ver un poco con cerrar los ojos y escuchar si desentona o no. Hay una mujer americana llamada Julia Cameron que tiene un libro titulado “El camino del artista”, en donde habla de las sub-personalidades de cada uno. Cómo cada uno de nosotros puede tener la sub-personalidad del arrogante, del miedoso, del asesino, del amante, del perverso… y creo que es bastante certero; nosotros vivimos y transitamos y actuamos parte de ese personaje todo los días. Entonces, descubrir ese lado. La búsqueda es desde adentro hacia fuera, no es: -En esta peli no hagas lo mismo que en la otra . Porque eso sería poner el foco afuera. Trato que, si funciona esto, esperar que sea distinto a lo otro para no aburrir, nada más.


Adrián: Sí, generalmente… con respecto a abordar un personaje, no todos los actores; y no es mi caso ya que yo no tengo un registro amplio para todo, tengo un registro para ciertas cosas que siento que puedo abordar, que puedo hacer el esfuerzo y hacerlo. También me pasa como actor que, por lo menos desde mi estilo y hacia donde siempre intenté apuntar, no funciono y no me sale fácilmente si no es algo que se me acomode en el cuerpo. Porque al actor lo primero que le tiene que pasar, antes que la letra, es acomodar el personaje al cuerpo. Si el cuerpo está cómodo para actuar la letra sale sola, no hay ningún problema. Y para muchos personajes por más que yo haga mucho esfuerzo, algunas cosas no las logro, no me sale. En este caso, en la comedia, es algo en donde yo hago más pie, en donde me gusta, en donde hay algo musical. Tiene algo musical la comedia, hay que tener como un oído especial. Y en algunos personajes de comedia yo me siento más seguro. Siento que puedo soltarme, puedo entregar más. Y en este personaje, a mí me gustó ya cuando lo leí, dije: -Esto es para mí… Bueno a todos los actores nos pasa, sobretodo en el género de la comedia. Pero se trabajó mucho con Juan, una vez que tenés el trazo grueso la función del director es recortar, ver, sugerir. Todo el trabajo que hizo Juan.

Alumno: Hay una escena que es un travelling circular…

Adrián: ¡Ay como me rompió los h… (sic) para hacer eso! (Risas)

Alumno: …porque me llamó la atención, porque todo lo que pasa desde la interpretación y desde la escena en sí es complejo… mientras lo veía pensaba en lo complicado que habrá sido, sobretodo por el equipo técnico también. Me imaginaba eso y me preguntaba cómo llegó a tu cabeza decidir filmarla de esa manera y en ese lugar, puesto que fue en la terraza de un edificio.

Juan: Un poco la idea fue, dentro del concepto de divertirnos, encontrarle un género particular al personaje de El Cuervo y a la relación con El Cuervo . Para mí era un western. Algo que se trabajó un poco desde el vestuario también. Y yo le dí al Puma (Gabriel Goity) un par de westerns que tenían que ver con el personaje. No se ve nada de eso porque no era la idea, sino simplemente que sea algo que se “transpire”. Sentía que era como un duelo esa escena, ¿no? Y que era muy divertido si tenía sobre un diálogo totalmente ridículo, en donde le empieza a preguntar sobre los pormenores de su mujer, que tuviera un clima a entrega de un secuestro en una terraza; me gustaba esa dicotomía. Y en general todas las cosas de El Cuervo están contadas un poquito corridas del tono de la comedia, desde la música también. Todo eso fue trabajado como otro género… Y, en particular, técnicamente, es un carro circular de ocho metros de diámetro. Había una parte del equipo escondido y después éramos quince bolu… (sic) dando vueltas alrededor de… (Risas) Además era hasta donde llegaba el cable, porque el cable tenía un límite y había que desenredar para hacer la siguiente toma.


Alumno: Yo tengo una pregunta para Adrián. Uno como joven realizador siempre piensa que quizás va a terminar de hacer su película y se va a estrenar sólo en el Tita Merello… Y bueno, vos que sos una persona que generalmente viene teniendo tantos éxitos, qué consejos o qué ideas nos podés dar con respecto a tener también un éxito comercial. O poder decir al menos: -Puedo vivir de esto . También me gustaría saber la opinión de Juan…

Juan: Yo no vivo de esto, yo tengo dos taxis… (Risas)

Adrián: ¡No, se puede estrenar en el Tita Merello también!… (Risas) Se puede, se puede… todo bien con el Tita Merello. Es difícil, a mí cuando me piden un consejo trato de no ponerme “caretón” y contestar como: -Mirá, vos… Porque yo entiendo lo que pasa, sobretodo cuando uno está empezando, cuando uno tiene sueños de una película. Entonces trato de correrle el cuerpo a lo pedagógico. Generalmente, cuando uno tiene una buena idea creo que hay que pelearla… y uno sabe cuando la tiene, porque te pasa en el cuerpo; cuando tenés una buena película o algo que contar. Puede ser comercial o no. En el caso tuyo, la línea de películas comerciales, que son las que más me gustan a mí o por donde más pie hago, más genuino conmigo soy; fundamentalmente lo que siempre trato de aconsejar es algo que hablamos siempre con Juan, ser honestos con uno mismo. Y lo interesante es, cuando estás por realizar algo, no disfrazarte de algo que no sos. Porque la industria cinematográfica tiene algo de eso, pero mundialmente es así. A lo mejor uno tiene ganas de contar películas mucho más simples o películas populares, si se quiere… En Argentina la historia grande de la industria cinematográfica en algún caso se ha hecho con películas populares, si se quiere. Lo que pasa es que este es un país que pareciera tener memoria del ochenta y pico para adelante. Se ha hecho mucho y de todo tipo. El cine popular, en mi caso, me parece maravilloso. El cine en general, hablo de algo con lo que tengo mayor afinidad. Pelear, pelear por ese tipo de cosas.

Juan: Sí, a mí me parece que, con respecto al cine, hay un tema que es la financiación, ¿no? Muchas veces veo proyectos, o escucho a la gente, o veo películas terminadas; que siento que están pensadas de afuera hacia adentro. Es decir: -¿Qué le interesará a un alemán que tiene diecisiete millones de euros para invertir en fondos de ayuda económica en cine?… Y, le debe interesar un tipo que camina descalzo por San Juan durante cuatro días. O sea… ¿yo conozco eso?… si lo conozco lo tengo que filmar, si me calienta esa historia, la tengo que filmar… Pero muchas veces veo que esas películas están filmadas desde Las Heras y Cnel. Díaz con un teleobjetivo, porque no salieron nunca de… desde el country se filman. Entonces, creo que hay que tener cuidado, porque no está pensado honestamente. Porque es más honesto hacer una película del country , en ese caso. Y que sobretodo con una opera prima, nadie necesita una película. Es un evento que nadie lo está esperando, nadie lo necesita en términos de mundo. No somos científicos que podemos ayudar a salvar la humanidad. En ese sentido es totalmente innecesario lo que hacemos, pero…

Adrián: Tratá de darles un poquitito más de aliento a los muchachos, porque… (Risas) … Le estás poniendo una garra… (Risas)


Juan: …pero creo fuertemente en el hecho de que uno sabe cuando tiene algo propio, que a uno le gusta, que pasa el tiempo y lo sigue calentando. Y ante eso se van a cerrar cuarenta millones de puertas. Y todas las puertas que se cierran, uno tiene que poder dejarlas de lado, superarlas, no ganar en rencor, y terminar haciéndolo. De alguna manera. Lo soñaste en setenta milímetros, en Panavision y lo terminamos haciendo en digital, en dos días; vale igual. Me parece que el tema es no poner el afuera como obstáculo. Y darle hasta las últimas consecuencias, porque es mejor haber hecho una muy mala película, o haber hecho una película con mínimos recursos los fines de semana que tener cincuenta años y decir: -Y yo la verdad que no me la jugué… no la hice. Y tener el rencor que eso puede generar. Pero me parece que, y esto también lo hablábamos con Adrián, yo no conozco muchas películas que estén bien, que sean buenas y que no se hayan visto. En general, se terminan viendo las películas que están bien.

Vivian: Y algo importante también, no sé qué piensan ustedes, que pasa acá en Argentina, que mucha gente está por hacer una película y dice: -No, esto no mejor porque la crítica me lo va a bochar , o –tal crítico va a decir tal cosa , o –mejor pongo esto porque en el Festival de Berlín me conviene … Y es muy importante lo que dicen ellos de ser genuinos. Es mucho más importante que todo el resto. Porque sino terminas cediendo en muchas cosas que, después igual te va mal o te va bien, pero no es tu película.


Juan: Exacto. No es tu película y aparte pensar en los críticos no tiene sentido. Ellos después van a hablar, como decía un amigo, nadie de chico sueña con ser crítico… es una consecuencia de la vida. Y, de última, son cuatro diarios… o sea, no pasa nada. Uno siempre fantasea, después llega el jueves, lee los diarios, te mató Página/12 , por ejemplo, bueno, “mala leche”. La vida sigue… tenés que ir al supermercado… (Risas). Yo creo que hay que escucharse porque cada uno de nosotros es una persona, somos individualidades, tenemos un mundo, tenemos mirada… y hay que apelar a la mirada de cada uno. “Qué opino yo sobre”, no “qué creo que hay que opinar”. Me parece que es eso.

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