top of page
  • Foto del escritorCIC

"Velvet Goldmine" de Todd Haynes - Seminario Haynes + Haneke + Herzog

EL CINE, LA MÚSICA, LA VIDA MISMA

Por Gustavo J. Castagna

Brian Slade, Curt Wild, Jack Fairy. Tres nombres de ficción. O no. Tres apellidos que refieren a la iconografía más representativa del Glam-Rock: David Bowie, Iggy Pop, Marc Bolan. Son ellos tres porque las historias aluden a aquellos años locos, muy locos, entre purpurina, rimel, lentejuelas, trajes espaciales, plumas. Y también, más que nada, mucho hedonismo, ambigüedad sexual, homoerotismo a flor de piel. Pero, a no olvidarse, que fue una época donde el rock entró en la zona del divismo, el lanzamiento de la estrella, el Adonis que requería ser observado. También, deseado.


Habían pasado los años de la alegría y el estallido hippie, que ya presentaba  sus primeros cadáveres exquisitos: Jimi Hendrix, Janis Joplin, Brian Jones. Más temprano que tarde, Keith Moon, el genial baterista de los Who. Los Beatles habían pactado la separación definitiva a comienzos de los 70 y el agujero musical que marcaba la ausencia iniciaría una nueva era, plena de glamour, invadida por el cuerpo deseado, por el póster en las paredes de las habitaciones de los adolescentes británicos, quienes deciden irse de la casa de sus padres, pero no con el fin de bautizarse con el primer porro de marihuana, sino para vestirse de una manera diferente, provocadora, donde se conciliaba y fusionaba en un mismo punto lo femenino y lo masculino. Esos años de descubrimiento personal a través del vestuario y de la música son los que recorre Todd Haynes en la maravillosa historia de VELVET GOLDMINE.

Una historia de múltiples miradas, puntos de vista, laberintos a transitar y reconocer, estéticas superpuestas que actúan como ejes narrativos que no buscan un único propósito. Efectivamente, VELVET GOLDMINE es una película democráticamente disfrutable, desde su estupenda banda de sonido con temas originales o reciclados por otros, desde la reconstrucción de época, desde las idas y vueltas de los personajes principales y secundarios. Es democrática y compleja en dosis similares: su estructura de relato recuerda a EL CIUDADANO de Orson Welles y la conformación de la historia general necesita de segmentos que aluden a la triunfante estética videoclipera, en tanto, a medida que se explayan sus numerosos textos y subtextos, la película entrega una dosis importante de emoción, que culmina con una frase expresada por el personaje de Curt Wild. “Quisimos cambiar al mundo y los que cambiamos fuimos nosotros”, comenta el músico y cantante al periodista ex fanático glamoroso que durante todo el film intenta buscar el significado de algo que no se denomina “Rosebud” pero podría serlo.

La ambición estética y temática de Todd Haynes en su tercer largometraje luego de la inicial POISON (1991) y más tarde SAFE (1995) se presenta de manera paroxística desde el primer fotograma. Un plato volador, una voz en off, un chico llamado Oscar Wilde que desea ser estrella de rock. Desde allí la historia se sitúa a mediados de los 70 cuando Brian Slade (Jonathan Rhys-Myers) muere en el escenario debido a las balas de alguien perdido entre penumbras. Pero no es la imagen no representa la verdad, de allí que un joven periodista y espectador privilegiado del hecho (Christian Bale) deberá investigar porque, aparentemente, el artista glamoroso del escenario de la vida, fraguó su muerte. Se presentará otro personaje fundamental, el citado Curt Wild (Ewan McGregor), también la ex esposa de Slade (Toni Colette), sugerida en medio de la investigación que hace el periodista por alguien que ahora está internado en silla de ruedas y que conoció y descubrió al músico por primera vez. Bueno, claro está, a esta altura la película podría denominarse “Ciudadano Slade” debido a sus afinidades y cercanías con la obra maestra de Welles. Y está bien que sea así. Pero Haynes no se detiene en la cita prestigiosa, ya que al igual que en la posterior I´M NOT THERE (2007, tercera exhibición del seminario), sus pretensiones vuelan más alto, a través de la música (las letras de las canciones tienen su justificación dramática), la descripción de aquella época desde los mínimos detalles (cualquier conocedor de vestuario y decoración se hace una panzada con la película) y la latente seguridad de que el Glam Rock no fue el resultado de un grupo de jóvenes amariconados que se pintaban los labios y tenían una escena de sexo grupal cada quince minutos.

Los eternos David Bowie e Iggy Pop (¿cómo hicieron para sobrevivir y estar todavía en actividad y creatividad?) negaron a la producción que se utilizaran sus temas originales. Pero semejante decisión no hizo otra cosa que sumar a VELVET GOLDMINE una recordable banda de sonido, con temas recreados por Brian Eno, Pulp, Placebo, Venus In Furs y más. Se escuchan, eso sí, canciones originales de esos años de Roxy Music, Lou Reed y T-Rex.

Pero el gran triunfador de la película es Todd Haynes por varios motivos. Realizó un film exquisito, pleno de matices, referencial e innovador en su sistema narrativo. Además, reconstruyó una época y una forma de vida que no solo pertenece al mundo de la música sino a buena parte de aquella realidad que describió al Londres de los años 70. Luego vendrían otros tiempos más difíciles, políticos, económicos, sociales. O muy distintos dentro de una cultura de masas con el cine y la música como exponentes.

Qué bueno, por lo tanto, que exista VELVET GOLDMINE y ver, comparar y analizar.


BONUS TRACK:

Listado de canciones de VELVET GOLDMINE:

Needle In The Camel’s Eye– Brian Eno. Versión original de la canción.Hot One– Shudder To Think. Canción compuesta expresamente para la película.20th Century Boy– Placebo. Versión de la canción de T. Rex2HB– Venus In Furs. Versión de la canción de Roxy MusicT.V. Eye– Wylde Ratttz. Versión de la canción de Iggy Pop & The StoogesBallad Of Maxwell Demon– Shudder To Think. Canción expresamente compuesta para la película.The Whole Shebang– Grant Lee Buffalo. Canción expresamente compuesta para la película.Ladytron– Venus In Furs. Versión de la canción de Roxy MusicWe Are The Boys– Pulp. Canción compuesta expresamente para la película.Virginia Plain– Roxy Music. Versión original de la canción.Personality Crisis– Teenage Fanclub/Donna Matthews. Versión de la canción de The New York Dolls.Satellite Of Love– Lou Reed. Versión original de la canción.Diamond Meadows– T. Rex. Versión original de la canción.Bitter’s End– Paul Kimble/Andy MacKay. Versión de la canción de Roxy Music.Baby’s On Fire– Venus In Furs. Versión de la canción de Brian Eno.Bitter-Sweet– Venus In Furs. Versión de la canción de Roxy Music.Velvet Spacetime– Carter Burwell. Canción compuesta expresamente para la película.Tumbling Down– Venus In Furs. Versión de la canción de Steve HarleyMake Me Smile (Come Up And See Me)– Steve Harley. Versión original de la canción.Cosmic Dancer– T. Rex. Versión original de la canción.

12 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page